Por la no violencia
Tres minutos de revisar Twitter hoy me sirvieron para confirmar que la violencia nunca se resuelve con violencia: solo desata más furia, más golpes. Por donde se vea, es terrible lo que pasa con la gente hoy: en Estados Unidos, en Hong Kong, en Guadalajara, en CDMX. Esta crisis no solo es de policías malos y de discriminación por colores. No es de ciudadanos que destruyen OXXOs enojados ni de personas rabiosas a quienes les urge salir de sus casas: es una podredumbre social que se inicia en los hogares y se cocina en las cabezas de la gente y se alimenta de ideas torcidas como las que escuchamos todos los días en la mañana, alentadas por instituciones, por grupos, por falsos líderes de todos tipos. Pero no es que hoy a la gente se le metió el diablo para salir a protestar por una injusticia… No, hay una crisis terrible de valores y de fe y de creencias en la humanidad que ni las hermosas fotos de la NASA pueden devolver, porque desde el espacio no se alcanza a ver la mugre que hay en algunos corazones.
He creído en la compasión como el principio más noble del ser humano, pero también estoy convencida de que existen reacciones en cadena que contagian comportamientos buenos malos y de la teoría de la ventana rota. En este mundo se han roto todas las ventanas y se han grafiteado las conciencias. El paisaje hacia afuera es fatal. Más cuando nos damos cuerda y lo comentamos y comentamos y no logramos desgastarlo ni con todos los litros de cloro que compramos para salvarnos del COVID. De nuestras miserias, así como las vemos hoy, no nos salva nadie, más que nosotros mismos.
Disculpen ustedes este desahogo de pesimismo y desolación. Mi corazón llora astillas, y aunque mi mente trabaja en sacar toda esa mugre del sistema, es muy difícil mantenerse fuera de la Matrix. Siento enojo, miedo, tristeza, desolación, pero nunca voy a salir a romper la ventana de mi vecino ni a poncharle las llantas al coche de enfrente. ¿Quién soy si lo hago? ¿Quiénes son esos policías que se imponen? ¿Quiénes esos ciudadanos golpeadores? ¿Cómo se acuestan en la noche a dormir? ¿Qué platican con sus hijos o sus padres? Hablamos de no juzgar esta semana, así que basta. Vamos a dejarlo aquí, que tampoco quiero dedicar mi blog a eso, ni quiero que presten ojos a eso quienes amablemente me acompañan en esta lectura. Solo tenía que sacarlo.
Esto va a pasar, tiene que pasar, sé que va a pasar, pero sé que nunca veré la violencia como algo normal: ni la callejera, ni la global, ni la doméstica, ni la silenciosa ni la de género. Ninguna. No es normal. No se justifica.
Es una tarde soleada, con viento; bueno para refrescar el pensamiento y limpiar la mente. Mi abuelo Elias tenía una frase para referirse a la elección de valores: decía que vivir bien no cuesta trabajo; vivir mal, sí. Yo elijo vivir bien.
Cuéntame. ¿Tú cómo estás haciendo frente a esta crisis de valores?
frente a la frase que cito en este texto.
Notas del alma
Dejo la frase de Gandhi que leo todas las mañanas en el parque que lleva su nombre. De tanto leerla, ya la memoricé: “La no violencia ha llegado hasta los hombres y permanecerá. Ella es la anunciadora de la paz del mundo”.
Cada día más sustancioso tu blog. Concuerdo plenamente contigo. También creo que la violencia en las calles no es tanto por las causas que dicen justificarla, lo veo como un desahogo de lo primitivo y descompuesto que está la sociedad por causa de una multiplicidad de factores.También creo que las plataformas influyen en esta violencia. En lugar de estar invirtiendo el tiempo en las personas que nos rodean y generando bienestar unos a los otros, estamos absortos en la Matrix alimentando nuestras mentes de más negatividad. Te abrazo.
ResponderBorrarGracias por compartir. Estamos de acuerdo: lo que recibimos en las plataformas influye por de más. Abrazo de regreso, que seguro eres alguien muy cercano, aunque con el unknown, difícil saber exactamente quien. :)
BorrarNuevamente mucho q decir y creo q seré ordenada:
ResponderBorrar1 quizás no sea casualidad todo lo q está pasando, el mundo y la sociedad necesitan un respiro, los valores para muchos son una definición q se hundió con el Titanic, pero para otros incluida yo, son el principio de la sana convivencia y esto me lleva a:
2 todo lo q hacemos tiene impacto en los demás sin excepción, x ello si tenemos valores, procuraremos ser conscientes de nuestros actos para q el impacto sea positivo, por ejemplo si compro productos q contaminan, quizás ayude a la economía, pero daño al medio ambiente, soy egoista o no? Asi q prefiero comprar productos q cuiden al medio ambiente, xq tambien ayudo a la economía, ayudo a mi planeta a respirar, soy feliz xq hice algo lindo y quizás contagie a alguien más para hacerlo, lo q me lleva a:
3 precisamente como todo lo q hacemos tiene impacto en los demás tambien trae karma, q muchos dirán q estoy loca, pero en la vida todo es energía e intercambio de la misma y si es un hecho q hay mucha energía rancía x allá afuera, pero no permitamos darle fuerza a enfocarnos en eso, obviamente la impotencia es masiva, pero creo q podemos hacer mucho mas cada quien cooperando, haciendo ayudando, q quejándonos todos los días del señor canoso q eligió el pueblo como presidente y su grupo de gente q quizás tenga buenas intenciones, pero todavía no las hemos visto, lo q me lleva ahora a:
4 hay una fábula algo extensa q no podría copia aquí xq parecería q el blog es mío, pero la idea de la misma es q todo pasa y nada es para siempre, ni lo bueno, ni lo malo, asi q hay q disfrutar lo bueno con los pies en la tierra y lo malo soltarlo seguros de q de alguna manera se resolverá para bien, xq “esto, también pasará...”
Amiga, gracias. Coincidimos en que es un asunto de valores y que estos se infunden en la casa. Pero luego, como bien dices, está elegir cómo queremos practicarlos al comprar, al tratar a los demás, al comportarnos en la calle. Como en la vida vamos todos revueltos, mejor blindarse con lo que me escribiste: "disfrutar con los pies en la tierra". Gracias por mandarme la parábola del rey. Ya la compartiremos luego. Te abrazo.
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