Dinero zacateado y conciencias limpias

        Pues sí, uno aquí lavando su dinerito para rendir cuentas limpias al SAT (es sarcasmo) y en la calle, la gente paseando como si nada. Es que afuera parece un día casi normal: coches, transeúntes, bicis, solo faltan los ambulantes. Se me hace increíble que en la fantasía de algunas personas el COVID-19 sea solo un invento de los políticos para “destruir el mundo” pero les dé para creer en el Chupacabras o en algunas ocurrencias que luego salen de floridas cabezas blancas.

 

        Hoy fui al banco, porque las oficinas del SAT cierran, pero los impuestos hay que pagarlos en la sucursal bancaria. Y como quería pagarlos de cierta cuenta, me fui caminando a buscar una sucursal de equis banco. Yo creo que recorrí un kilómetro, pero afuera la vida era como la de cualquier día en tiempos no pandemiosos.

 

        Tengo que decir que me pareció chafa que el SAT emita acuses de recibo que solo se pueden pagar en sucursal de banco en estos momentos y bajo estas circunstancias. Ya de por sí, es chafa que los impuestos no se le perdonen o descuente a nadie (más que a los que nunca los han pagado) pero ahí va uno a formarse.

 

        Si me sentara media hora en el banco, seguro coleccionaría historias para hacer un libro. Solo estuve cinco minutos y me tocó ver la desesperación de un pintor que no podía sacar dinero de la cuenta que recién abrió la semana pasada porque el lector digital no reconoció sus huellas. De verdad que estaba que se tiraba de los pelos. Lo peor es que el lector tampoco reconoció mi huella cuando llegó mi turno. Yo no sé si ha sido tanto gel antibacterial o que el aparatito estaba fallando, pero yo no tuve problemas, porque llevaba INE, tarjeta de débito y, está mal que lo diga, pero no soy pintor.

 

        Ya no supe si aquél buen señor arreglo su lío. Espero que sí. Pero en su desesperación se quitaba el cubrebocas, daba vueltas, le valía gorro la “sana distancia” y hablaba en voz altísima para que alguien le ayudara.

 

        No quiero perder el hilo de pensamiento que me trajo a contar esto, que en realidad son dos: 

        El primero es que con todo y que pago impuestos, yo lavo dinero. Sí, con zacate y jabón, porque me da una paranoia loca pensar en las miles de manos que han pasado por esos billetes y monedas, así que billete que me cae, billete que le toca su zacateada. No sé si esta práctica la voy a hacer por meses, pero mientras no sepamos qué tan malo es el bicho malo, pues seguiré con mi lavandería. ¿Ustedes?



 

        Y el segundo hilo es que, por mucho que te cuides, siempre habrá alguien alrededor que pierda la prudencia o que se salga de sus casillas y te haga una danza de sudor y saliva alrededor sin que puedas decirle que se esté en paz o “que se haga para allá”, porque ¿qué está bien y qué está mal en el trato a las personas? ¿A qué nos da derecho y a qué no la sana distancia? ¿La pandemia lavará nuestra conciencia y nos dará derecho a excluir?

 

        En el pasado reciente he trabajado en temas de inclusión y me gusta muchísimo pensar en que las personas puedan ser como se les dé la gana y que a los demás nos toca respetar sus más humanos derechos; pero ahora creo que habrá (ya hay) un retroceso traído por esta sana, no-sé-qué-tan-sana distancia.

 

Voy a pensarlo más y luego nos echamos otro cafecín.

 

Notas del alma

    Me gusta mucho una foto que circuló al principio de la pandemia que dice “Volveremos a abrazarnos”. Ojalá que no solo abracemos a nuestros seres queridos y aprendamos a convivir en la protección humana y empática de la famosa sana distancia.

 

 

 



Comentarios

  1. Uyyyyy amiga, aquí yo comentario dos cosas 1) que mientras no sepamos más de que familia viene el bicho y su pasado, creo q hay q limpiar todo lo q toquemos, quizaa no zacatearlo jajajjaja, pero si gel o spray desinfectante x seguridad tuya y de los demas, mientras q el punto 2) es mas profundo. Claramente el tema de la sana distancia traera muchos cambios en la sociedad, pero yo siempre he creido q el gran problema es el egoismo en general y eso significa solo pensar en lo q a cada quien le beneficia o perjudica, sin pensar en si eso afecta a los demás y si x ahí alguien lo llega a pensar le importa un cacahuate. Creo q parte de lo q todo esto nos debe enseñar es q lo q hagamos (siempre) tiene un impacto en los demás y x ello hay q procurar hacer cosas que beneficien. Sin embargo tristemente veo q mucha gente no ha aprendido nada de esto, xq el pintor por ejemplo, aun con razón de estar molesto jamás pensó en los demás, solo pensó en él y repito para mi ahi es donde esta la lección, la aprenderán muchos? El tiempo dirá...

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    1. Sí, amiga. Afortunadamente ya se nos daba la limpieza desde antes. No conociste a mi mamá, pero ella era muy estricta con esos asuntos, así que no me cuesta tanto trabajo esa disciplina. Y, bueno, lo de distanciarnos de los demás, lo dicho: vamos a tener que reaprender muchas formas de tratarnos bien, con respeto y sin excluir. Va a ser una gran prueba de fuego.

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  2. Esta nueva realidad nos llevara a una nueva normalidad con quizás diferentes formas de abrazarnos.... Na!!!! Nada como el contacto físico de un buen abrazo y mientras pues a cuidarnos... Como me decía mi papa en mis primeras clases de manejo: "Saber manejar es también saberte cuidar de los otros" . En estos tiempos de pandemia por si fuera poco cuidarnos, también tenemos que cuidarnos de los demás"

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    1. Muy bien dicho: saber cuidarnos es saber también cuidar a los otros. Me encanta. Es muy cierto. ¡Abrazo virtual!

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  3. Muy buen punto Lety! No está de más limpiar a fondo el dinero...es buena idea ponerle agua y jabón! Fíjate que -desde pequeña- he sido desde siempre medio estricta con los temas de microbios y virus...hija de médico y luego estudiando QFB, ni cómo evitarlo. Soy de las que prefieren no compartir cubiertos o tomar de vasos ajenos y -ya desde tiempos prepandemiosos- volteaba la cara si alguien estornudaba cerca de mi....Así que sí soy partidaria de que algunas medidas de limpieza continúen...en países desarrollados los habitantes más conscientes son quienes empujan a los inconscientes, así que considero que esa será una nueva misión de todos: continuar educándonos.

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    1. Y así nos vamos a seguir un buen rato, querida. qué bueno que ya nos hemos acostumbrado. Lo bueno es que son hábitos y no vicios :)

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