Lo perdido y lo encontrado



        Muchas cosas pasan en la cuarentena, que más bien ya es una cosa como de 80 días. Antes, la referencia que usaba para decir que las cosas duraban muchísimo era la Cuaresma; cuando era chica, se me hacía que pasaban años y que por semanas hacíamos vigilia los viernes. Ahora mi referencia será la cuarentena de COVID-19 que al menos lleva 8 semanas (si tomamos la referencia del 17 de marzo). En todo este lapso, que parece que el tiempo se detuvo, han ocurrido miles de asuntos personales. No voy a irme a los muy personales, pero será bueno que cada quien haga su lista de lo perdido y lo encontrado en esta ochentena, como le voy a llamar “cálidamente”.


Voy a centrarme en lo hallado:

  • En mi lista hay libros regalados que había almacenado en el librero, sin leer. Algunos ya se están formando en la fila del buró.
  • Hay recetas que no había hecho nunca y es una delicia autosorpdenderte con un experimento culinario.
  • Hay ropa de casa que no uso porque no soy fan de la ropa informal. Ahora es casi mi favorita.
  • En el arreglo de los cajones, rehice varios pares de aretes que ya estaban huerfanitos. ¡Fue como volver a estrenar!
  • También encontré las recetas de gelatinas de mi mami, con su letrita manuscrita y toda la nostalgia que es capaz de dar un papel viejo, manchado de azúcar y de recuerdos. Siempre voy a extrañar el sabor de sus enseñanzas en mil y una tardes de café que pasamos juntas desde que yo era una niña


        En las lista de hallazgos hay también cosas inútiles, como muestras gratis de cosméticos y cremas inservibles, productos caducos en la alacena y cientos de plumas sin tinta, entre otras nimiedades.


        Igual hallé tiempo para estudiar y volver a leer. Además, los cursos en línea que se ofrecen por todos lados. Prefiero los de mis conocidos, porque me gusta seguir y ayudar a la gente cercana. Ya tome clases de cosas tan olvidadas como la metafísica y me inscribí a cursos de cocina con Marnie, una querida vecina de la infancia. Del deporte, ni hablamos, de ese no me puedo separar y también tomo una clase en línea con Carla Limón. Ya les contaré de ella y las miles de cosas que hace para que la sigan.


        Pero lo más valioso es que ahora me encuentro con mis hermanos cada 15 días y he recuperado a amigos que no veía tan seguido. Incluso la semana pasada tuve un gratísimo reencuentro con Lilia, una amiga de la prepa que desde entonces no veo en persona. Nos contactamos por uno de esos grupos de la escuela, ahora tan comunes y tan fuera de control. Pasamos más de una hora poniéndonos al día y reconociendo en nuestras caras a las adolescentes que fuimos entonces. Fue muy lindo.


Ropa de casa, muy cómoda y aretes hallados :)



        En esta ochentena no solo he encontrado. También he perdido algunas cosas, pero estaría triste, triste hablar de eso. Solo pienso en las sabias palabras de mi maestro Juan Carlos: "hay que aprender a perder" cuando es lo que toca. En mi caso, además del tiempo dando vueltas en la casa, he perdido clientes, paciencia, kilos, ingresos, certeza y un gran amor. Pero prefiero quedarme con lo que he ganado: paz.
 

 Notas del alma
 
     Apunté una frase que escuché en uno de estos videos de “échale ganas a la vida” que comparten ahora por Whats y nunca como ahora viene tan a cuento: “Vivir es aprender a perder lo que ganaste”. Pienso que para que quede completa hay que agregar: "y buscar ganar algo nuevo".
¿Qué has ganado y que has perdido en esta ochentena?

Comentarios

  1. Querida Lety, que gusto ver qué estás haciendo algo que te gusta y llena de vida. Todos en mayor medida hemos perdido algo en esta cuarentena, yo perdí mi negocio de 22 años, ahora estoy reinventando lo y reinventando me y contrario a mi forma de ser y ver la vida estoy aprendiendo a estar quieta, vivir la vida, aprendiendo a confiar en la vida y darme cuenta que estar vulnerable no es malo, se que todo esto sucede por algo mejor, he ganado amigos verdaderos y tengo la mejor amiga que la vida, mi madre. Para ganar hay que aprender a soltar, viajar más ligero.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Querida Blanca. Lamento muchísimo escuchar tu pérdida, tu maravilloso negocio de pan, delicioso y exitoso. Sí, estamos aprendiendo mucho de esta contingencia: a valorar lo que tenemos. Por favor dale un beso a Perita de mi parte. Las admiro y quiero. Exacto, para ganar hay que aprender a soltar. Gracias por escribir y espero que sigas pasando por aquí a leer :)

      Borrar
  2. Mmmm aun cuando en la vida me han pasado miles de cosas que en su momento consideré como pérdidas hoy entiendo algo “no se pierde, se gana o se aprende” y creo q así es. Todo sin duda alguna tiene un para que y muchas veces no lo entendemos, pero al final siempre hay q aprender a soltar y confiar, q no es lo mismo q aprender a perder, xq repito, no se pierde, se gana o se aprende. Me apenan tus pérdidas, algunas recuperables, otras quizás para tu beneficio y otras, solo el tiempo dirá. En mi caso tengo q reconocer q en este tiempo me encontré a mi y me di cuenta lo abandonada q me tenía x preocuparme y ocuparme de miles de cosas en donde yo no estaba incluida y hoy sigo haciendo esas miles de cosas y quizás más, pero conmigo, cuidándome y eso para mi vale oro y creo q si todos empezáramos por nosotros los resultados serían mas satisfactorios... abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Exacto, Esthercita, justo lo dice Blanca también: aprender a soltar. Y sí, se aprende. Qué padre que este tiempo te ha ayudado a estar más atenta en ti. Te lo mereces. Muchas gracias por tu solidaridad y por acompañarme en mis cafés y compartir. Te abrazo.

      Borrar
  3. Lets, mi admirada Lets, qué he encontrado?, qué estoy encontrando?, muchas horas de reflexión, dándome cuenta que al depender tanto de mi me vuelvo dependiente de mi mismo, algo extraño pero sin duda atemorizante y al mismo tiempo retador. He encontrado que por ello me he vuelto más cauteloso y a la vez quisiera ser más audaz, sin embargo hay tiempo para todo y todo a su tiempo, eso he aprendido mucho y lo estoy encontrando de a poco.
    Lo perdido, masa muscular y condición física, bien sabes como amo el deporte y dependo de él, mas no quiero arriesgarme en lo más mínimo pues de mi dependen muchos y, como bien sabes, lo mío realmente es la resistencia, correr, rodar y nadar pero mucha distancia y ahora mismo me encuentro inhabilitado para ello (se rompió mi rodillo, otra pérdida).
    Pero sin duda, vendrán tiempos mejores.
    Abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Querido José Luis. Gracias por escribir :) Ser dependiente de uno mismo... me deja pensando. No se oye mal, creo que habla de independencia, pero dicen los que saben que es mejor la interdependencia: donde todos nos damos y nos necesitamos un poco. Qué padre que has tenido tiempo de reflexionar.
      Las pérdidas físicas son comprensibles, eres un Ironman. Lamento mucho lo del rodillo. Pero mira, esta es una prueba de que estás practicando la interdependencia: estás cuidando a tu familia. Eso es una gran prueba de amor para ti y para tu familia. Eso es una ganancia de la cuarentena :) Nos debemos un café.

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Mi encuentro con el virus (Parte 2)

Los cambios AC-DC

Un sueño: estampa de vida