La sonrisa del chatarrero

        Lo bueno de salir a la calle sin miedo a la pandemia es ver diferentes caras y expresiones, porque te puedes espejear en la gente y tener un termómetro de tus emociones del día. 

        Me gusta salir a correr y en el camino toparme con otros corredores, personas que pasean perros, personal de limpieza particular o de la ciudad, entrenadores deportivos, adultos mayores, caminantes, trabajadores tempraneros, vendedores ambulantes que ya están lavando su 'cacho' de banqueta y muchos otros personajes urbanos.   

        En el camino, sonrío, veo a la gente (cuando la tengo cerca, porque confieso que no veo bien de lejos) y si percibo caras amables, saludo. A veces recibo respuesta, a veces no, y esto me sirve para probar mi reacción y saber si ando sensible, indiferente, contenta o de pocas pulgas.

        También suceden otras cosas. Hoy, por ejemplo, di una de mis tipiquísimas lecciones de cultura cívica (no lo puedo evitar) y le señalé a una camioneta que estaba sobre el paso cebra. El tipo, lejos de avergonzarse, me aventó más el coche.  De mi parte se llevó un insultito que seguro ni escuchó, pero me fui pensando justo en el efecto que ese miniacto de agresividad de un equis fulano malviajado tenía en mi persona y qué fuerza le iba a dar al hecho. Hacerlo consiente me ayudó a soltar el enojo a media cuadra y pensar en la sonrisa luminosa de un chatarrero que dos cuadras antes me había ofrecido un sonoro “buenos días”. 

        Era un señor de condición humilde que jalaba un carrito con triques, quizá para vender. Tenía un perro y estaba sentado a la orilla del parque descansando. Cuando pasé y saludé, fui muy consciente de su sonrisa porque justo después pasó un estirado señor sin dejar que nuestras miradas se cruzaran. Quizá por eso fue mayor el contraste.

        El colofón de esta anécdota es que después de que me embistió la camioneta me sentí contenta porque elegí mi pensamiento y cambió mi emoción. Ojalá todos los días pueda ejercitar este tipo de elecciones.

        A ti, ¿cómo te va con el impacto de los estímulos externos en tu estado de ánimo?

        Notas del Alma

        Hablando de estímulos externos, el que las flores producen en nuestro entorno es definitivamente curativo y positivo. Este sábado tendremos un taller de la vibración de las flores en tu vida impartido por la terapeuta integral Jivan Eshana y una servidora. Invita CanelaJengibre. Todavía puedes venir :)








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