Recor_Dar



        “Dar hasta que duela”, decía la Madre Teresa. Lejisísimos estoy siquiera de parecerme en una cana a la santa madre, pero hoy me acordé de ella y verás por qué.

        Soy la típica persona que busca regalos para las personas que quiere y, por una cosa u otra, no los lleva en el momento. A veces los compro después; otras, no me los entregan a tiempo o no los envuelvo. Entonces los guardo para la “siguiente vez que vea a ese ser querido” y así pueden pasar semanas, meses o años en que una serie de regalos o souvenirs para niños y adultos se almacenan en el clóset ¡porque nunca los entrego! Sí, sí, soy un caso. Ya he ido mejorando, ahora procuro entregar lo que compro –porque en serio, los regalos los adquiero pensando en las personas— y ya no los guardo por siglos.

        Esta vez, lo que pasó es que nos agarró la multicitada pandemia, y entre que nos sacamos todos de onda, pensamos que iba a terminar en abril, y empezamos a vivir bajo el cruel augurio del “ya merito” acumulé algunos regalitos y cosas que tenía guardadas en casa de algunas amigas.

        Pero hoy fue el gran día. La hice de Santa Claus y organicé mi propio Uber/rapi/didi para hacer mis entregas. ¡Qué felicidad! Sí, felicidad todo: desde preparar los paquetitos, escribir tarjetas, desempolvar el waze, salir en coche y vestirme con una intención, fue padrísimo. Y más alegre fue saber que esa intención fuera REGALAR… DAR… y, claro, regresar lo que no es mío.


        También aproveché para recordar y agradecer todo lo que yo he recibido de las cuatro personas a las que fui a entregar cosas. Mi intención no era verlas, pero casualmente pude interactuar con dos de ellas.

  • · Primera parada: Esther. De un viaje en febrero tenía algo que había olvidado en el coche. Así que fue la primera visita. Esther siempre es divertida, empática, buena amiga y súper platicadora. Hablamos de la vida y del amor (no es broma). Verla, aunque fuera en la banqueta de su casa, me llenó de energía.
  • · Segunda parada: Manuel. Su hermosa hija Emma nació hace muuuchos meses y yo tenía guardada una colchita quilt que le hizo mi hermana. Para cuando se la diera, la bebé ya iba a tener 15 años. Manuel es una de las personas más optimistas que conozco, siempre sonriente, simpático y uno de los hombres más caballerosos del mundo; no solo con Adri, sino absolutamente con todas las mujeres.
  • · Tercer stop: Ari. Su bebé fue bautizado unas semanas antes de que iniciara la pandemia y yo, como de costumbre, dejé el regalo en casa, así que llevé dos (porque se acumuló otro que había encargado). Ari es fuerza interna; se puede estar quemando Troya, pero ella está segura de poder levantarla otra vez. No importa lo que pase, ella siempre es amable, cariñosa y generosa con todo mundo. Me ha dado buenas lecciones:)
  • · Cuarta parada: Anita. Ella es una de mis hermanas de vida. Desde que la conocí me pareció que le daba un aire a mi madre cuando era joven. El corazón de Ana es noble, bueno, alegre. Es muy inteligente. De ella he aprendido todo lo que puedo saber de marketing y mucho de lo que sé de diseño (si es que sé algo). Trabajamos juntas, luego dejamos de coincidir y ahora estamos buscando proyectos comunes otra vez. Ella es una de las cómplices que me animó a escribir mi blog.
  • · Mi quinta parada fue para echarme una hamburguesa con Susana… distancia. Ya hay mucha gente en la calle. Empieza a bullir la vida; la mayoría de la gente se cuida, pero no faltan los irresponsables, por eso no hay que bajar la guardia ni tantito. Así que me comí esta deli, deli hamburguesa, solo porque hay que consumir para producir y me vine a escribir.

        Tengo el corazón tan lleno, que no sé si vayas a leer esta nota o no. Lo que sí importa es que somos seres de relaciones personales, no virtuales. Y aunque me urgía abrazar a las dos amigas que ví, con mirarlas, ver sonreír sus ojos por encima del cubrebocas y charlar unos minutos con ellas me dio energía para seguir avanzando en estos extraños caminos del doble 20.
Ojalá que tú tengas un fin de semana, una semana, un mes de corazón lleno y de dar y recibir.


        Notas del alma
        Dejo aquí una cita de la Madre Teresa que se acomoda muy bien a estos tiempos de decir mucho y hacer poco.
“Jamás he visto cerrárseme puerta alguna. Creo que eso ocurre porque ven que no voy a pedir, sino a dar. Hoy día está de moda hablar de los pobres. Por desgracia, no lo está hablarles a ellos.”

Madre Teresa de Calcuta


Comentarios

  1. Puedes visitarme !! Tengo algo tuyo desde hace varios años. 🙊. Claudia

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jajajajaja ¡es un excelente pretexto para verte! Un abrazo

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Mi encuentro con el virus (Parte 2)

Los cambios AC-DC

Un sueño: estampa de vida