Mi encuentro con el virus (Parte 1)
Nadie está 100 por ciento a salvo del bicho coronavirus. Yo incluida. La última vez que pasé por mi blog estaba descansando el cuerpo y no sabía que era el preámbulo de un caso más de COVID-19 que seguramente no sumó datos a las listas de López Gatell.
Ahora lo quiero contar, después de cuatro semanas de vivencia, porque ya he pasado todo el periodo de sintomatología, contagio y curación. No lo hice antes, porque, al abrir estos temas, siempre surgen dudas que despiertan curiosidad, miedo y morbo. Pero estoy lista para contar mi anécdota de COVID, no tanto desde el punto de vista médico, sino desde la anécdota personal…social. Bueno, a ver qué me va saliendo del alma.
He dicho aquí que fui prófuga matutina de la pandemia desde que empezó el show, el 17 de marzo: no he dejado de ir al parque a las seis de la mañana a hacer un poco de ejercicio. Aunque soy rebelde, no me considero incivilizada ni inconsciente. Entrenamos siempre con precauciones, sana distancia, mucho aire de por medio. Esa salida, el súper y las visitas médicas de rutina eran mis escapes habituales. De hecho, siempre pensé que era más peligroso ir al súper a manosear las verduras que todos tantean ‘sabe Dios con qué manos’ que andar caminando por la calle.
Ahora que todo mundo (no solo yo, todo mundo) anda en la calle como si el COVID fuera una leyenda urbana y se va de vacaciones, toma aviones, trabaja en oficinas, come fuera, va al cine, etc., me contagié. ¿Qué hice diferente? Prácticamente le sumé un viaje de trabajo (un mes antes), un par de salidas a cenar y ver a mis amigas de más confianza.
No sé si sepan que ese bicho se incuba 15 días antes que se manifiesten los síntomas. Para cuando fui a estas dos cenas que les cuento, ya me había contagiado y no sabía. Tampoco supe dónde fue. Pudo haber sido en cualquier lado.
¿Cómo me di cuenta?
Un domingo cualquiera, haciendo faenas de Cenicienta, me sentí muy cansada... de tirar la escoba y el recogedor. Bromas aparte, me dieron síntomas fuertes de gripa o faringitis de la nada: cuerpo cortado, mucho cansancio, dolor de cabeza, escalofrío, tos, etc. Todo ese día arrastré la cobija. El lunes amanecí más o menos igual.
¿Fiebre?, no, no me dio. Nunca, en tres semanas de la enfermedad, tuve temperatura arriba de 37.4, así que descartaría eso como un síntoma seguro de COVID-19. Solo perdí todo el olfato y todo el gusto, pero eso no fue inmediato; pasaron cuatro días para perder esos sentidos totalmente. Muy notorio fue el cansancio, el dolor de ojos y la irritabilidad. Mis pobres gatos sufrieron mi mal humor toda la semana :/
¿Por qué me hice la prueba?
El siguiente fin de semana teníamos una clínica de natación y no podía ir a atender personas con esta duda. Lo que me hizo sospechar es que el domingo en la noche me dolieron las articulaciones. El lunes me hice la prueba y el resultado me lo dieron ¡hasta el viernes! Sí, estuve una semana entera con COVID-19 sin tomar nada, aguantando algunas molestias.
Salvo el malviaje y síntomas que se me quitaron con el paracetamol, me dio súper leve. Lo malo de no saber de inmediato y esperar el cultivo del PCR 5 días fue que en esa semana se acercaron dos personas a traerme comida a casa. ¿Por qué cuento esto? porque luego estas personas fueron casi linchadas por haber estado en casi-contacto conmigo. No importó que yo ya me estuviera aislando y manteniendo distancia; de todos modos, estar cerca de mí perjudicó a esos seres queridos.
Y aquí es donde empieza lo bonito del chisme. Esta enfermedad, el pinche COVID, como dice mi camiseta, ya no es una infección física, es una infección social. Hay personas muy asustadas y, por lo tanto, generan mucho rechazo. Eso no le hace bien a nadie. A ver ahora que ya empiece a circular nuevamente cómo me va...
Pero regresando al momento, la verdad no quise avisarle a mucha gente sobre mi condición por tres razones:
- porque me sentía bien, no hice neumonía y no quería alarmar a nadie;
- porque quería evolucionar la enfermedad en tranquilidad, sin dar informes médicos; y
- porque no me latía ser el tema del momento.
Pero, pues nunca te salvas. Lo que pasó es que la gente que me quiere me regañó por no avisar más temprano y amigos y familiares me monitorearon con preocupación real en cuanto supieron.
También pasaron cosas que tuvieron que resolverse sí o sí, con o sin COVID-19 y recibí las llamadas del chisme. Eso lo dejamos para la segunda parte de esta historia. Voy a prepararme otro café.
Me encanta leerte amiga! 🙏🏻
ResponderBorrarMuchas gracias. A mí me encanta que acompañes mi vida. :)
BorrarAmiga me alegra saberte mejor. Un abrazo grande y mantente sana! TQM
ResponderBorrarGracias Estre! Un beso y abrazo enormes hasta Puerto Rico.
BorrarGracias x compartirte!!!!!!
ResponderBorrar<3
BorrarAmiga! Y una sin saber....te mando un beso enorme. Gracias a Ds estás bien!
ResponderBorrarAquí andamos, amiga. Te quiero :)
BorrarTITONIA DIPLIC COPAIN SPECTOR ONLINE SHADES
ResponderBorrarTITONIA DIPLIC titanium price per ounce COPAIN SPECTOR 2021 ford escape titanium hybrid ONLINE SHADES is a new, fast-growing babyliss pro nano titanium hair dryer sunscreen that apple watch aluminum vs titanium uses the powerful biodegradable capsaicin (Capsicum titanium white octane